lunes, octubre 03, 2005

Eso de quedarse pegado

Eso de quedarse pegado, o tal vez sea eso de andar con la mente como un álbum de fotos, todas con sonrisas y fondos de planos que revelan en dónde estabas, pero siempre con el papel pegajoso encima, señalando hacia la posteridad que llega el momento en que te comienzas a volver un recuerdo en dos pies, un cúmulo de visiones del pasado.
Y me toca que siempre me peleo con la Inocencia, en esa lucha de pareja, siempre en el límite del beso que todo lo aparta y de las ganas de subirle el volumen a la tele, como para que todo esto pase lo más piola posible.
Llevo varias semanas en esto. Creo en los temas que nos rodean, como si todos nos pusiéramos de acuerdo para que nos asalten las mismas preguntas, o que las diversas interrogantes se contesten con la misma respuesta.
Pues es el tiempo de los pegados.
Así como en una época fueron los monos de la tele de los ochenta, o la importancia de las relaciones exteriores o la ola de inmigrantes.
La Inocencia anda pegada. Y yo sólo atino a decirle que sus "problemas" se solucionan cuando piense en soluciones para ella, y que eso no pasa por lograr el avenimiento de los demás, sino que sólo se logra cuando limpie el discurso y se centre en lo que de verdad desea.
Como a Suarez, que también se pega, en especial con las relaciones con otras personas; o como a Ricardo Ortiz, quien no deja de pensar que Charly es lo máximo; o como el Tato, quien me sorprendió con la frase más gerontófila que he escuchado: "después de Police, no hay buena música".
Glup.
Ahora mismo decidí que me voy a volver de teflón.

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