miércoles, mayo 30, 2007

Otra traición (y ahora con alevosía)

Como todos saben, no acostumbro publicar cosas de otros blogs. Pero en esta ocasión no puedo dejar de hacerlo. Este es un texto que pillé en un blog mientras buscaba unos monos. Lo divertido es que el blog se llama "entrelineas", exactamente una de las formas de escribir que más denosto. Pero bueno.
"La siguiente pregunta fue hecha en un examen trimestral de química en la Universidad de Toledo.
La respuesta de uno de los estudiantes fue tan "profunda" que el profesor quiso compartirla con sus colegas, vía Internet, razón por la cual podemos todos disfrutar de ella.
Pregunta: ¿Es el Infierno exotérmico (desprende calor) o endotérmico (lo absorbe)?
La mayoría de estudiantes escribieron sus comentarios sobre la Ley de Boyle (el gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime).
Un estudiante, sin embargo, escribió lo siguiente:
"En primer lugar, necesitamos saber en qué medida la masa del Infierno varía con el tiempo. Para ello hemos de saber a qué ritmo entran las almas en el Infierno y a qué ritmo salen. Tengo sin embargo entendido que, una vez dentro del Infierno, las almas ya no salen de él. Por lo tanto, no se producen salidas.
En cuanto a cuántas almas entran, veamos lo que dicen las diferentes religiones. La mayoría de ellas declaran que si no perteneces a ellas, irás al Infierno.
Dado que hay más de una religión que así se expresa y dado que la gente no pertenece a más de una, podemos concluir que todas las almas van al Infierno.
Con las tasas de nacimientos y muertes existentes, podemos deducir que el número de almas en el Infierno crece de forma exponencial. Veamos ahora cómo varía el volumen del Infierno. Según la Ley de Boyle, para que la temperatura y la presión del Infierno se mantengan estables, el volumen debe expandirse en proporción a la entrada de almas.
Hay dos posibilidades:
1. Si el Infierno se expande a una velocidad menor que la de entrada de almas, la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que éste se desintegre.
2. Si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la de la entrada de almas, la temperatura y la presión disminuirán hasta que el Infierno se congele.
¿Qué posibilidad es la verdadera?:
Si aceptamos lo que me dijo Teresa en mi primer año de carrera ("hará frío en el Infierno antes de que me acueste contigo"), y teniendo en cuenta que me acosté con ella ayer noche, la posibilidad número 2 es la verdadera. Doy por tanto como cierto que el Infierno es exotérmico y que ya está congelado. El corolario de esta teoría es que, dado que el Infierno ya está congelado, ya no acepta más almas y está, por tanto, extinguido... dejando al Cielo como única prueba de la existencia de un ser divino, lo que explica por qué, anoche, Teresa no paraba de gritar "¡Oh, Dios mío!
Dicho estudiante fue el único que sacó "sobresaliente”
* De ahí publico lo de la contestadora automática del siquiatra, que está de re pelos.

viernes, mayo 25, 2007

Esperando a la policía

"Hasta peleas me ha causado esta discusión. Una vez terminamos a los garabatos con el Mortis, simplemente porque el cree en el placer, y yo no.

Por eso es como extraño que te esté pidiendo esto, amigo, lo veo en tu cara. Con las fuerzas de orden y seguridad buscándome por todas partes y mi maleta bajo tu cama. Pero fue tan rápido como intenso. Y necesitaba tenerla, necesito tenerla, vos me entiendes.

Mi propia crianza siempre me tuvo en las cuerdas. Pero como creo en la coherencia, no tener cosas siempre me pareció lo más normal, lo mejor para ver al mundo a la cara y decirle que nada te debo, acá estoy limpio de cosas y gentes, parado en el borde de este abismo que me ofreces y no me costaría nada dar el paso y adiós mi viejo.

La nada. El vacío. Eso de saber que mi propio y personal camino hacia la perfección, hacia el amor universal, pasaba por no entramparme con las cosas.

Pero bastó que ella me mirara una sola vez, que luego fuera a verla una sola vez y que después nos encontráramos accidentalmente, para que todo estuviera en tela de juicio. Y fue algo orgánico, algo que se incrustó en las visceras, en donde todo era la necesidad de poseer, de tenerla, de saberla acá, a mi lado, de protegerla. Y fueron también el sueño de casa y auto, de niños corriendo en el patio y fines de semana de alegrías. Todo ello que bendice a los que nos rodean, pero que yo no, ni en los más afiebrados.

Ahí entendi a Michael Corleone (vos leiste el libro, no?), y esa salvaje y básica necesidad de ser su dueño, de romperle la cara al primero que te mire, de ser el guardia y no dormir de aquí en adelante, sólo custodiando tu sueño, sólo custodiando tu felicidad.

Porque eso si que no tiene duda posible.

Y entonces estoy acá, con la Gioconda en la maleta, amigo, y ahora resurge el racional, el creyente del sacrificio, y me pregunto si no será como mucho, y todo esto es un puto sueño. Una mentira que a todos nos ataca alguna vez, pero que yo acá, tentado por lo que nunca había sentido.
Igual me la robé. Y ella me miró con su sonrisa de cómplice. Y ella me sonrió con sus ojos de sueño. Y te juro que estos días han sido de los mejores.
¿Pero no será todo una mentira y tendremos que despertar, boqueando como un pez fuera del agua?"
*De "Confesiones de un NeoBudistaZen. Enciclopedia Mundial Brönstein. Concepción, 2543.

jueves, mayo 17, 2007

El libro de las preguntas y las respuestas

Resumen, en términos de ejercicio lingüístico/acción de arte/abandono, de preguntas y respuestas que me han asaltado últimamente. Basado en un juego que me enseñó una buena mujer y que terminó siendo un lindo recuerdo (el juego).

- De las flores que se comen, prefiero el arroz y las alcachofas.
- Arriba, cuando hay calor. Abajo siempre que se pueda.
- PC por sobre Playstation.
- Tus ojos a tu boca.
- Un buen recuerdo a un mal amor.
- Dos amigos fieles a cien conocidos traicioneros.
- Aburrirme con una película mala, a tener que opinar sin verla.
- Correr un riesgo, a rumiar mi torpeza sin haber intentado algo.
- Perder, pero jugando.
- Un buen shoripán a un mal sushi.
- Whisky, Cerveza, Vodka y Tequila, en ese orden.
- ¿Vivir con honor, o morir con gloria?
- Claramente, mejor iluminar que desvanecerse.
- Siempre el que coordina la reunión es quien te traicionará.
- Todo tiempo pasado fue mejor, porque no tenemos recuerdos del futuro.
- Ocurrirán mañana cosas sorprendentes?
- Si, y serán maravillosas.
- Mi amiga Sandra tiene listo todo para morirse al cumplir 40. Yo no pienso morir.
- Mejor pavo que jote.
- Si insistes lo suficiente, un pasaje Conce/Santiago te puede salir por tres lucas.
- Mi sobrino me ha devuelto la esperanza en la raza humana.
- Llamarte Gioconda o Hermione?
- Cable a TV abierta.
- Palta por sobre huevo.
- Marraqueta, siempre.
- Y si inventaran la pastilla para el olvido, se te olvidará todo?

*continuará

martes, mayo 08, 2007

Mi propio Aleph

Otro texto de hace mucho tiempo que, miren las cosas, hace sentido. Si hay un dejo de esperanza, es por que la hay, aunque el mundo sea ancho y ajeno. Sé que se nota la mano de Gurdieff, pero, ¿qué le voy a hacer?. Somos hijos de nuestros libros.

"Hay uno y mil rayos que salen de la bombilla que cuelga en medio de mi habitación. En realidad es la maravilla del electrón (e-) que salta y salta en el filamento que observo tirado en mi pieza, esperando que el bendito tungsteno o el wolframio (W) dentro del nitrógeno (N) se canse y proceda al mortal retorcijo, a girar sobre sí mismo, cual dualidad con la antimateria en su eje de destrucción (e-+e+).
Ese momento es el que aguardo, el instante en que la mismísima materia ya no quiere nada más con esos usos normales, mundanos, y que rechaza seguir sirviendo para cosas tan poco útiles como ser filamento de ampolleta e ilumino a este tipo y las cucarachas que lo rondan y toda su miseria mírenlo ahí tirado con la basura a su costado, sin ganas de apagar la luz, lamentándose de sus miserias, tan rodeado de libros.
Espero poder asistir, ser testigo de la mínima torsión (t->) del metal, del micro segundo (ms) que en cualquier instante (T) me dará la posibilidad de historiar lo único (1), lo nunca visto, conocimiento secreto para las miradas veloces (v->) de la calle, de las micros (476 o 430) o del metro, costumbres de ir y pasar por encima, ir y dejar que lo oculto esté allí, sin escuchar los lamentos de nuestros deudos, de los muertos que se apelmazan en los pavimentos, sin ver la mueca horrible de la cordillera que no disimula tras de la niebla sus ganas de borrarnos del mapa hijos míos venid y vamos todos.
Es la partícula (e-) que agradece el poco tiempo de vida y que sale de la interacción (fuishh) y que agarra directo hacia afuera, apretando a su paso a tantos hermanos que tengo por acá, y salir despedido a millones de kilómetros por hora desde el horno de la estrella y ya estás en la lengua de fuego que no es el fuego que tú conoces, sino que es algo más básico, es lo primero, la mismísima fuerza creadora, la mano de Dios sin duda.
Y ella que sabe que pertenece a otro mundo, que es parte de eso que llaman el sin sentido, mientras viaja velozmente por el vacío y mira que bonito está todo tan lleno de estrellas tan espacio exterior que le llaman (¿y de dónde saqué eso?).
Sí, de dónde saqué eso, saber que no soy más que una partícula acá viajando feliz por el éter, de que hay felicidades mayores que cualquiera que ustedes puedan conocer, que el resumen de la vida puede estar acá dentro de mí, y que por eso vivo menos de un segundo, o un poco más si no es que aparece mi contraparte (e+), la materia que me anula y que me hace ser pura energía (E) por fin gracias a lo de Einstein (e=mc2), tú sabes.
Es en este vagar que giro y giro sobre mí mismo (spin 1/2), como una loca perinola, y a esta gran velocidad (km/h) me doy cuenta de que voy hacia ese punto tan brillantito que ahora comienza a ser azulado y que viene hacia mí creciendo creciendo, y hay muchos de mis hermanos acá, no me había dado cuenta, y ellos también tienen la mirada perdida y sé que están llenos de lo mismo, de pura fuerza divina, de síntesis masiva, de todo en un solo punto.
Ahora veo bien esa bola azul, que ya cubre toda mi visión, qué bonita se ve de acá arriba (de nuevo ¿de adónde saqué eso?). Epa, miren vienen hacia acá varios gordos átomos, qué tal señores, con permiso, permiso.
Bueno, en qué estaba, ah sí, todo el universo comprimido. Como cuando tomas un archivo en el computador y lo comprimes a la mitad, y luego a la mitad, y así a la mitad hasta la eternidad, hasta que no quede más que algo ultra compacto que tiene entidad propia.
Lo siento, siempre me voy en estas voladas, justo cuando aparece el mar, miren el mar le digo a mis hermanas y eso tan gris que debe ser lo que llaman montañas y acá viene el humo, permiso, humo y edificios y miren esa casa un techo, una habitación y mis hermanas que rompen el filamento de una bombilla, que bien saben es tungsteno o wolframio (W) y miren a ese tipo pero si le voy a pegar en la cabeza, adiós, qué locura señor...
En la pieza de un viejo edificio, en medio de la oscuridad un hombre, que resulto ser yo, abre los ojos. No sabe por qué, pero la vida vuelve a tener sentido".

*Seguir los sueños hasta que se cumplan, esa es la idea, no?

lunes, mayo 07, 2007

Vamos a traicionarnos un poco

No es mi costumbre pegar videos en mi blog, pero debido a lo contractual (y a que no viene con la línea editorial de PielUrbana) no pude dejar de postear este bello y youtubiano experimento.

jueves, mayo 03, 2007

Guardian del Abismo Insondable

Esta es una de esas ocasiones en donde se te hace imposible detener la maquinaria y decenas de ideas se encadenan felices. Sucede que me pegué una maratón de Sach Braff (sí, el mismo que aparece en Scrubs) y me enamoré perdidamente de su ópera prima, Garden State.
¿Y cómo sucede eso? Pues bien, resulta que en una de esas noches en que no puedo dormir que prendo el televisor y comienza la película. Tengo la teoría de que hay películas para el cine y otras para el cable, hay algunas que sólo se arriendan y otras pasan a formar parte del disco duro. Pues bien, ésta es una de las nuevas en la colección.
Pero además está la asociación de ideas que me salian por los poros y que tuve que anotar en mi libreta de campo. A saber:
- Toda obra de arte (e incluso cualquier cosa que se le parezca) debe de tener un trasfondo político. Político en el sentido de que el contenido de ella tiene que plantear una opción de vida, una idea de cómo es, podría o debería ser nuestra existencia. Eso significa que si quieres llegar a algo que se acerque (pálidamente) a escribir, filmar o pintar algo como la gente, debes de colocarte ahí, ubicar tu propia realidad y disectarla sin asco. En esta misma película que cuento, Braff narra su propia vida juvenil, sus propias disfuncionalidades y temores, su propia vida de post-niño criado con drogas legales. Eso se agradece por su amabilidad y crudeza. Pero por sobre todo, el que no te entrega soluciones, sino que simplemente dice que lo importante "no es cambiar tu vida, sino darte cuenta que quieres hacerlo".
- Ahora que tengo 38, y varias crisis he pasado, me rio cuando hay sicólogos (esos hombres y mujeres que se creen superiores a nosotros) que dicen que existe una "crisis del cuarto de vida", es decir, eso que nos pasa cuando dejamos la educación superior y debemos batallar por un lugar en el mundo. Ese sería el tema de la película. Pero lo interesante es que el discurso de Braff no sólo funciona para los "adultos jóvenes" (como ese fallido intento que se llamó Reality Bites), sino que es aplicable a niños y ancianos, y en especial a quienes hemos estado en crisis desde los quince.
- Existen diversas formas de llegar a tus propias conclusiones (una de las claves del maravilloso libro de Umberto Eco). Para algunos la solución está en ser analítico, para otros es ligar sucesos diversos en una sola explicación. Independientemente de ello, lo que importa es hacerlo, es lograr un orden que te explique algunas cosas. Y aunque no es una respuesta definitiva, sí es un punto de partida (eso que nos falta en los instantes de crisis).
- Es imperioso tener nuestro propio y personal abismo insondable, en donde podamos gritar y patear, para limpiarnos, sólo para eso.
- Así como le pasó a Alfred Jarry (ese maniaco que inventó al impresionante Ubu Rex), Braff escribió gran parte del guión cuando estaba en secundaria. Y ahí llegamos a un punto clave: toda creación es resultado de trabajo constante, premeditado y conciente. No hay espacio para la "inspiración", que no es más que la palabra que describe el estado de andar con las antenas bien puestas y con el coco poroso. Si vas a escribir (o pintar o filmar o esculpir) hazlo compulsivamente, a cada rato. Si tienes talento podrás aprender los trucos del mago, pero siempre al final lo que queda es lo revisado mil y una veces.
* Parrafada ad libitum sólo porque me encantó la película. Ustedes entienden.

miércoles, mayo 02, 2007

Una vista del continuum espacio/tiempo

Un texto de hace mucho tiempo, que (vaya cosa) no pierde su actualidad. A ver si les hace click y me sorprenden (porque ciertamente no es para una mujer, o sea, sí lo es, pero no es de carne y hueso).



Trescientas noches con sus días demoré en quitarte de en medio. Trescientos amaneceres llenos de vino tuvieron que pasar para detener, alguna vez, el eco de tus labios que siguen y seguirán repitiendo -una y otra vez- algo acerca del sinfín de jornadas soportando nuestros inútiles intentos de tregua, los empeños de calmar nuestras hostilidades con un amable ponernos de acuerdo, sabiendo que se yergue el adiós inevitablemente -aunque no lo quieras-, el que se queda en una esquina de la habitación de mis deseos como una cucaracha silbando en la penumbra los temores que nos llenan, a la vez que estira sus garritas para comenzar a crecer y usar su poder sanador, ese bálsamo que limpia y conforta, esa libertad de no tenerte, de no saberte más.
Un abrazo y decir que te quise y que tal vez nos veamos de nuevo (de nuevo las mentiras), justo cuando aparece la certeza de que los sentimientos se liberan de algo, de algo inexpresable, de esa marmota que tanto tiempo ha dormido en mis intenciones. Tal vez sea el saber que nunca voy a cumplir con tus sueños y tus deseos, o la antigua noción de la inevitable y mortal seguridad de que tú no eras, de que todavía no aparece la ausente, esa mujer de siempre, que no fuiste ni tú ni ninguna que haya aparecido hasta ahora.
Un abrazo y despedirse. Un adiós a una mujer y a su mundo de necesidades, un adiós tanto a la abstinencia de siglos como a barajar la posibilidad de que no me importes, que de verdad me costaba reconocerlo pero me importas un comino y prefiero quedarme así.
Pero por sobre todo alejarme definitivamente del viejo truco de negar nuestro amor propio, incluso los sueños tejidos de obsesión, para aceptar el solapado interés, el verdadero (y también denominado) egoísmo, el puro y duro egoísmo de tu lado de la mesa, ese tuyo tan femenino, ese montón de carne e ideas que demanda que acepte tu dolor (el tuyo) como mío (mi dolor). No sé si me explico. Aceptar tu corazón como mío, como si no tuviese uno, aceptar tu mente como mía, como si no tuviese una, y aceptar -finalmente- tus sueños como míos, como si no tuviese unos cuantos guardados por allí.
Y ahora viene el juego de nuevo. Esa extraña danza de las mentiras que sabes que existen para estos casos, las patrañas históricas, los viejos trucos de payaso. Mirar los ojos que miran a tus ojos y tomar los hombros con un gesto en extremo cuidadoso, ni muy cariñoso, ni muy lejano. Un aire dramático y, justo cuando comienzas el movimiento del poder -ese que te perturba: acercar a la otra persona, haciendo que su diferencia de distancia tienda a cero-, vuelves a saber que nada pasa, que es una costumbre, una maldita ficción, y aunque tratas de decir que esta vez no, esta vez eso tibio de mi pecho tendrá un genuino uso, saldrá como un torrente y entrará en tu cuerpo, y te aprieto y aprieto y nada, absolutamente nada.
Pero allí están esas infinitas conversaciones y las infinitas soledades (que de una u otra forma son más numerosas y más reales que las esperanzas, esas flacas sin sabor), la permanencia de lo que hablas que te empieza a dar vueltas, como la conciencia, con interiores voces a coro de haz lo correcto contigo mismo, y esperas que te empiecen a soltar, que tú empieces a soltar (por un asunto de tiempo interno, de timing natural) y caer de nuevo en el truco del lenguaje para hacer que por nonagésima vez salga el ángel, quien hace que algo-de-en-medio-de-nosotros (de este abrazo) se aleje y nos limpie, y cubra con sus alas la ciudad que se desmorona en mi perdición para que en medio de tu y mi silencio te diga adiós para darme vuelta y salir huyendo, sintiendo que cada día soy un poco más, sólo un poco más desgraciado y que nunca podré ser un hombre normal como esos que te gustan.