miércoles, agosto 16, 2006

Cuatro temas que no son tan diferentes, pero que si difieren

Me vuelvo hacia el lado y miro mi imagen en un espejo que me muestra mirándome.
Con esta idea, la de jugar al espejito y ver si, de-una-vez-por-todas, me pasa lo del Quijote y me dan los cinco minutos de lucidez, abro los libros que se amontonan en mi mesa, y sólo puedo repetir entre comillas "...Giulia, mi Rebis hincado como Lucifer en el centro del vientre de Lia; pero ella, la Cosa se daría la vuelta, se proyectaría hacia lo alto, de alguna manera saldría de allí. La Cosa está hecha para salir de las vísceras, para desvelarse en su secreto diáfano, no para entrar con la cabeza gacha...", y sólo puedo sonreir un poco e imaginarme la forma en que mis amigos Javiera y Jose Manuel estarán esperando su propio arribo del Lapis Exilis, de su maravillosa "Cosa" que ya tiene nombre y se llama Clara y que será algo así como la guerra mundial en motoneta por cuál de los tíos más babosos.
Bien por ellos, y por el misterio de la transmisión de vida. Si pudiésemos hacerlo tan fácilmente con todo el mundo, como con los amigos o los hermanos, dándoles vida y no muerte, otro gallo cantaría ¿no?

Otro texto: "...Puede apostarse que toda idea pública, toda convención admitida, es una necedad, porque ha convenido a la mayoría...", y ahora cambio hacia el pavor de algo que se ha dicho hace más de cien años, y yo acá, en la esquina de la Tierra, tratando de que me entiendan el enredado discurso de lo "obvio", de lo "evidente", que me anda carcomiendo la vida y lo poco de salud que me queda, maldita neura. Punto a favor de Borges, por lo del libro eterno y las historias que se repiten.
Y sobre todo por tratar de no mentir, de dejarse de jugar sin reglas, esperando que todos te entiendan sin explicar. Mentira.
Otra mano es cuando bajo la ventanilla del auto en que vamos hacia una capilla, por una carretera, bajo la lluvia, sobre la patria que vio crecer y multiplicarse al viejo Jorge, y que intenté conocer en sus últimos años, mientras la vida se le iba a puñados.
"... Desde el lecho veía el resplandor del fuego cuando soplaba el viento nocturno. Era una noche tranquila. En el pantano reinaba una calma perfecta... Volvió a acostarse, sintiendo la proximidad del sueño. Iba a ser un sueño muy profundo. Se acurrucó bajo la manta y se durmió."
Y aunque ya sabemos que inevitable, y que existen trucos para traspasar el umbral, admiro a quienes han tenido la valentía de mirar a los ojos a sus seres queridos en estas circunstancias. Soy un total lego en el tema, y talvez por eso me siento tan mal cuando hay que tratar de demostrar que de verdad sientes pena. Pero en esta ocasión, lo juro, fue de verdad. Extrañaré al viejo Jorge.
Sin embargo también está la maldita esperanza que nos mantiene vivos, en especial a nosotros los neuróticos, ya que sabemos que todo está mal, que todo es nuestra culpa y que, afortunadamente, tenemos tiempo como para reirnos un rato. Por eso "... hablemos de los takes que, como todo el mundo sabe muy bien y yo un poco, son las sucesivas grabaciones de un mismo tema en el curso de una sesión... El ensayo va llevando paulatinamente a la perfección, no cuenta como producto, es presente en función de futuro. En el take la creación incluye su propia crítica y por eso se interrumpe muchas veces para recomenzar... Yo no quisiera escribir más que takes."
Tenemos tiempo fue que le dije al viejo Pablito el otro día, mientras el me urgía por sus imponderables y notables explicaciones, y mientras bajaba y bajaba y bajaba la de vodka, a un ritmo que de verdad se diría que estábamos apurados. Por suerte no fue así.
Ensayo y error, tenemos la forma de saber que podemos reiniciar, que podemos crear, que nada es imposible, porque los que de verdad se preocupan son otros, son los que mueren si pierden algo, los que no sobreviven a las cosas, a sus propias y miserables.
Por mientras, esperaré a ver a la nueva sobrina, abrazaré a los amigos nuevos y antiguos, esperaré que se mueran los viejos que de verdad deben morir (no los otros), e inventaré algún mundo extraño para seguir sonriendo.
(1) Umberto Eco, El Péndulo de Foucault (2) Edgard Allan Poe, La Carta Robada (3) Ernest Hemingway, El Rio de los Dos Corazones I (4) Julio Cortázar, Take it or Leave it.
(*) y, para variar, todas las fotos de su servidor.

2 Comments:

Anónimo said...

I have some questions about the information I read, but in summary the main topic here from my point of view is what happens in the author´s mind and soul. Most of the time it makes me laugh, but others, besides making me think, it makes me feel rather sad, and all due to this fucking and beautiful life.

Ilustre hijo de la maestranza San Eugenio said...

La verdad cuando llega posee cuotas de belleza, sutileza y por sobre todo lucidez.
Se puede decir que ver el nacimiento de Clara me hizo entrar.