jueves, marzo 08, 2007

Vincerò

Lo bueno de todo esto, si es que se puede sacar algo bueno de esta época de silencio que está tratando de desaparecer, es que a las finales seguimos siendo los mismos.
Luchamos con una sonrisa en un mundo que dejó de ser lo que creíamos, que le sonrie a los de siempre, y que confía en que seremos felices si le hacemos caso a Forrest Gump (vaya imbécil). Pero no, no estoy en eso ahora, ni siquiera tengo rabia en contra del cielo y su famosa ley de las compensaciones.

"Nessun dorma! Nessun dorma!
Tu pure, o Principessa,
Nella tua fredda stanza
guardi le stelle,
Che tremano d'amore
e di speranza!"

Estoy rabioso en contra de lo que pudo haber sido, del Gojira del que hablé alguna vez, y que se representa claramente en este blog, que de ser una vitrina de mi visión (limitada, egoista y autosuficiente) acerca del mundo, se ha transformado en el resumidero de pensamientos sobre lo que me pasa y que siempre, siempre, termina siendo una lata absoluta.

Y es "lo-que-pudo-haber-sido" una de las bases de la enfermedad que me tiene por las cuerdas ahora, esa "Lomismitis", la inflamación de lo mismo. Porque tuve la oportunidad de cambiarlo todo, y no se dió, no pudo ser.

Y lo peor de esto es que "lo-que-pudo-haber-sido" pasa también por la opción de hacer lo que tengo que hacer, de estar en el lugar en donde debo estar, de seguir siendo coherente. Madurez que le llaman, pero que para mí tiene más olor a superviviencia en el territorio conocido (como un buen mujaidin), que la insoportable responsabilidad de saber que ya pasó un rato suficiente como para hacer algo bueno con tu vida.

"Ma il mio mistero è chiuso in me,
Il nome mio nessun saprà!
No, no, sulla tua bocca lo dirò,
Quando la luce splenderà!
Ed il mio bacio scioglierà.
Il silenzio che ti fa mio!"


Pero ¿sabis?, en el fondo siempre tendré la sensación de que estamos marcados por una inmensa y permanente incerteza, de un temor casi ancestral que nuestros antepasados trataron de eliminar, pero que no les fue dado. Vivimos en medio de dolores inconmensurables, en donde los más aptos pueden sobrevivir, en donde no nos queda más que soportar, aguantar, esperar que todo esto mejore de alguna manera.

Hay quienes tienen un nato sentido de la sobrevivencia, y que además pueden mirar el mundo con un prisma algo optimista. Ya nada de eso me queda, sorry. Pero tal como lo dije alguna vez, sigo acá, dándole a la macana de pegarle a algo bueno y que la brisa nos besará con amabilidad.

"Il nome suo nessun saprà!
E noi dovrem ahimè morir, morir!
Dilegua o notte!
Tramontate, stelle!
Tramontate, stelle!
All' alba vincerò!
Vincerò! Vincerò!"

Venceremos, a toda costa. No dejaremos que todo esto sea más importante que nosotros mismos, no dejaremos que la machina nos chupe el seso y la sangre. Venceremos y veremos el amanecer. Venceremos y las tinieblas dejarán que mi nombre (que el tuyo, Misa Hayase) se vuelvan un suspiro en una inmensidad y deje de sentirme podrido (que es una forma de decir que sería mejor de otra forma, ¿no?).
Por mientras, seguiré acá, construyendo teorías acerca de la vida (que al final es el objetivo de todo buen periodista). Eso denlo por hecho.

*Los monos son del gran Hokusai; gracias a todos por ayudarme en esta época oscura. Pronto habrá nuevas y buenas noticias para todos. Lisa Hayes, espero verte pronto.

1 Comment:

Anónimo said...

Two months have passed since I last laughed with this blog. Finally today I did it.
I hope that it is for better.
Anyway, what matters here is trying to get out of this inertia in which I think we are being victims of.
We`ve got the power so let´s face the world!!