"Apremiado por la necesidad de poder darle algo de coherencia a su vida, en 2006, el ingeniero inglés Horatio Londonderry, trabajando en una idea presentada en 1980 por los científicos Alberto Maschieri y Jared Guraiman (Universidad de Leipzig, 1976), creó un instrumento que permitiera medir la cantidad de felicidad en las personas".

"Su funcionamiento, tal como aparece en el original manual del 2006, se basa en la medición de la enzima Oxitocina, emitida por todo organismo en estado de felicidad. Para ello adoptaron la fórmula de análisis que se aplicaba en los medidores de estado alcohólico (Alcotest, ver en pág 154), en donde basta un soplido para dar una medición aproximada de la ingesta".

"Ví, en estadios iniciales de su enfermedad, que Herr Londonderry se tomaba una medida de su felicidad cada 15 minutos, todo para ver si ella ascendía, es decir, si se volvía más feliz. Ello no ocurrió, pues es sabido (desde entonces se ha avanzado mucho en esta enfermedad, pero en ese tiempo, pues, había que contentarse con die wenigen werkzeuge dieser zeit) que tras la desaparición de una enamorada, le dio con la maquinita en un inicio, hasta que se transformó en una compulsión".
"La mañana de ese día, prosigue Cassot, intenté un tratamiento de chok (sic) con el paciente, pero no se creyó el cuento de que su famosa maquinita no existía y de que todo era una alucinación. Debí sedarlo".
"En la actualidad el Happy -o- Meter se vende con receta médica y su uso está normado por la Superintendencia de Felicidad, dependiente del Ministerio de Salud".
(De la Enciclopedia Mundial Brönstein. Santiago, 2006)
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