viernes, mayo 25, 2007

Esperando a la policía

"Hasta peleas me ha causado esta discusión. Una vez terminamos a los garabatos con el Mortis, simplemente porque el cree en el placer, y yo no.

Por eso es como extraño que te esté pidiendo esto, amigo, lo veo en tu cara. Con las fuerzas de orden y seguridad buscándome por todas partes y mi maleta bajo tu cama. Pero fue tan rápido como intenso. Y necesitaba tenerla, necesito tenerla, vos me entiendes.

Mi propia crianza siempre me tuvo en las cuerdas. Pero como creo en la coherencia, no tener cosas siempre me pareció lo más normal, lo mejor para ver al mundo a la cara y decirle que nada te debo, acá estoy limpio de cosas y gentes, parado en el borde de este abismo que me ofreces y no me costaría nada dar el paso y adiós mi viejo.

La nada. El vacío. Eso de saber que mi propio y personal camino hacia la perfección, hacia el amor universal, pasaba por no entramparme con las cosas.

Pero bastó que ella me mirara una sola vez, que luego fuera a verla una sola vez y que después nos encontráramos accidentalmente, para que todo estuviera en tela de juicio. Y fue algo orgánico, algo que se incrustó en las visceras, en donde todo era la necesidad de poseer, de tenerla, de saberla acá, a mi lado, de protegerla. Y fueron también el sueño de casa y auto, de niños corriendo en el patio y fines de semana de alegrías. Todo ello que bendice a los que nos rodean, pero que yo no, ni en los más afiebrados.

Ahí entendi a Michael Corleone (vos leiste el libro, no?), y esa salvaje y básica necesidad de ser su dueño, de romperle la cara al primero que te mire, de ser el guardia y no dormir de aquí en adelante, sólo custodiando tu sueño, sólo custodiando tu felicidad.

Porque eso si que no tiene duda posible.

Y entonces estoy acá, con la Gioconda en la maleta, amigo, y ahora resurge el racional, el creyente del sacrificio, y me pregunto si no será como mucho, y todo esto es un puto sueño. Una mentira que a todos nos ataca alguna vez, pero que yo acá, tentado por lo que nunca había sentido.
Igual me la robé. Y ella me miró con su sonrisa de cómplice. Y ella me sonrió con sus ojos de sueño. Y te juro que estos días han sido de los mejores.
¿Pero no será todo una mentira y tendremos que despertar, boqueando como un pez fuera del agua?"
*De "Confesiones de un NeoBudistaZen. Enciclopedia Mundial Brönstein. Concepción, 2543.

3 Comments:

Anónimo said...

Once again your ideas (as opiates) tell me that you are what you are, my partner. And at this time of the night for me (very late indeed) I would like to know about this story, mixture of tale and reality, as you always do.
I´ll be waiting to know about it.

Hiro Nakamura said...

Tnks Pau.
As always, we try to return to the familiar places, to clean, to grown, to know, to understand.
As always, I'm gonna told you the story, and as always, you gonna try to undertans my own "incongruencia implícita". Ja.

Anónimo said...

Let's talk.