miércoles, julio 05, 2006

Cómo orinar estilo Zen

Aproximas tu cuerpo hacia el blanco repositorio, distribuyendo el peso del cuerpo en perfecta armonía trina (pies y cabeza), representando un triángulo isósceles de proporciones áureas, siendo la distancia entre los pies el equivalente a la distancia entre los hombros extendidos.
Llegado este punto se puede presionar, levemente, el blanco borde de loza del vater con las rodillas. Para ello sólo es necesario flectar un poco las piernas, adoptando una posición entre suplicante y lista al ataque.
Bajas lentamente el cierre, sosteniendo la hebilla del cinturón con la mano siniestra (que por nada del mundo se debe abrir, esto no es una cagada), mientras que con los dedos índice y pulgar de la diestra se toma el tirador del zipper.
El movimiento de la mano derecha, entonces, se inicia desde la altura del cuarto chakra (ombligo más o menos), continuando en sentido longitudinal al cuerpo, desde arriba hacia abajo, descansando a la altura del tercer chakra (órganos sexuales), o hasta adonde dé el cierre.
Es importante anotar que en este proceso, y debido a la mala fabricación de algunas unidades zipper, es común ver a jóvenes inexpertos e incluso a grandes meadores con los nudillos raspados con los dientes del cierre. Cuidado con ello.
Llegado al punto de máxima inflexión del tirador, el meador procederá a girar rítmicamente las muñecas, llevándolas desde su posición opuesta cenit-nadir, hasta el de oriente-occidente, elevando los codos y colocando cada palma a un costado de la bragueta recientemente abierta. Normalmente esto se hace desde abajo hacia la derecha, para la mano diestra, y de arriba hacia la izquierda, para la zurda.
Continuando con el movimiento circular, ambas manos se acercan una a la otra levantando los dedos índice y anular, formando con ellos un par de ganchos. Estos serán usados para separar la tela de la bragueta.
Esto es el primer paso de una transformación de la mano prensil de la primera etapa en la “mano gancho” de la segunda.
Lograda la máxima extensión de la abertura, la mano menos diestra (independientemente si el usuario lo es) procede a crear otra armonía trina con el pulgar y el índice en oposición lateral, mientras que el dedo medio ha logrado ubicarse en la parte superior del calzoncillo. En este punto es importante tomar en cuenta que todos estos pasos sólo tienen el fin de hacer que la emisión sea automática, y que el cuerpo sea uno con el waterclock.
Teniendo eso en cuenta, la mano diestra hace un gancho utilizando los dedos pulgar e índice. Con esta disposición, se necesario que los dedos entren y se sumerjan en la bragueta, buscando ciegamente, y a veces cómplices con la sensibilidad de la hora o el día, la base de la linga y tomando delicadamente la piel del órgano.
Este instante de afloramiento de la piel hacia el exterior lo denominaremos “la muestra”.
La micción está por iniciarse. En este momento, y casi siempre mediante el uso de las primeras falanges de los dedos índice y medio de la mano diestra, hemos de dirigir el chorro de la micción hacia el lugar menos sonoro de la taza. Esto se logra estirando las piernas e inclinándose ligeramente hacia delante, en la posición del péndulo, tal como lo dice la tradición Suvarta/Asana del Yoga tradicional.
La continuidad de la emisión nos permite, además, jugar con la sonoridad del artefacto, yendo desde las notas más graves (un Re dos octavas más bajas) hasta una resonancia eminentemente aguda justo en el borde del agua y la loza del repositorio (un Si bemol una octava mayor). Para algunos este es el instante de la iluminación, llegando a lograrse el contacto con el ser interno, lo que genera salivación excesiva y relajamiento de los esfínteres. En casos de extrema necesidad o de forzada retención, pueden producirse gemidos de placer o pequeños gritos del tipo “Ahhhhh!” u “Ohhhhhh!”.
Entretanto, la mano menos diestra se ha mantenido en su posición trina, liberadora de contactos con la bragueta. Esta situación, para los recién iniciados en las artes del orinar, puede ser extenuante, por lo que recomendamos hacer sus ejercicios de fortalecimiento digital cada mañana, hasta que logren un control de su fuerza y resistencia.
Al terminar el acto en sí, es decir al finalizar la situación de “muestra”, nuestra tradición nos señala que es necesario esperar algunos segundos para emitir los últimos resabios de la vejiga, denominado “la espera de Buda”. También se utiliza un meneo suave y cadencioso lateral o de arriba/abajo, cuidando en que no caigan gotas fuera del tiesto. En este momento volvemos de la posición de péndulo, hasta una situación de pie y con la armonía trina del inicio.
Todo ha concluido y con el ritmo impuesto por nuestro propio ser, deshacemos el triángulo de la mano izquierda, depositamos suavemente y en su sitio nuestra linga, y realizamos el acto del cierre, tomando el tirador del zipper con los dedos pulgar e índice de la mano diestra, y estirando con los mismos dedos de la mano izquierda desde una posición contraria (casi siempre en el sector superior del pantalón), con tal de lograr un plano ascendente sin ondulaciones. La tradición señala que, a continuación del acto, es oportuno realizar el acto de lavado de manos y búsqueda de espinillas, pero eso lo dejamos para otra ocasión.

Del “Libro Zen de instrucciones para el siglo XXI”.

0 Comments: